Las manadas de babuinos varían entre los 5 y los 250 integrantes según la
especie y la época del año, aunque normalmente rondan el medio centenar. Se
observan diferencias importantes entre las costumbres del hamadríade del
noreste de África (Papio hamadryas) y el resto de babuinos (agrupados bajo
el nombre de "babuinos de sabana"). El hamadríade forma harenes
pequeños compuestos por un macho adulto, otro joven no autorizado a
reproducirse que probablemente le sucederá, varias hembras que se aparean con
el macho dominante y las crías pequeñas de éstas, emigrando a otros grupos
cuando llegan a la adolescencia para garantizar el intercambio genético. Los
babuinos de sabana, por otra parte, tienen una estructura social más amplia,
compleja y ordenada, aunque también fuertemente jerárquica. El poder está en
manos de un macho adulto; le siguen los machos cercanamente emparentados con
él, que cooperan para dirigir la marcha del grupo (a veces muy numeroso),
situándose en la periferia del mismo, desde donde vigilan la posible aparición
de depredadores; por debajo están los machos no emparentados, los jóvenes, las
hembras y sus crías. Los individuos de sexo femenino, a su vez, se ordenan en
una escala jerárquica de carácter matriarcal.
Cada cierto tiempo se producen peleas por el dominio del grupo, aunque
raramente entre machos emparentados. Son los conflictos entre familias dentro
de la manada los que pueden acabar con un golpe de estado dentro de la
misma, asesinando al líder y siendo éste y su corte sustituidos por
otros. Suele decirse que las manadas de babuinos son un reflejo de los peores
aspectos del otro primate originario de las sabanas, el hombre: además de
luchando por el poder, los babuinos también han sido observados maltratando
crías o violando hembras (tanto en solitario como en grupo) que rechazaron
aparearse en un principio; asimismo, también se les ha visto masturbándose en
público. Pero como en los humanos, también hay un poco de todo, comportamientos
altruistas y padres modelo incluidos.
Mientras que entre los hamadríades sólo el macho dominante se aparea
(peleando a menudo con los intrusos y mordiendo a las hembras que muestren
interés por ellos), en el caso de los babuinos de sabana todos los machos pueden
aparearse a priori con las hembras. La frecuencia y el número de parejas
con que lo hagan dependerá de su estatus social y posición en la jerarquía, por
lo que las peleas entre machos por líos de faldas no son frecuentes. Los machos
suelen tener una camarilla de hembras preferidas o amigas a las que
ayudan con sus hijos o les dan parte del alimento que recolectan, con las que
se aparean de forma mucho más frecuente. Cuando las hembras toman la iniciativa
en el apareamiento, enseñan al macho elegido sus abultadas callosidades en las
nalgas, de colores vivos y atractivos.
Tras seis meses de embarazo, las hembras paren una sola cría de color oscuro
y un kilo de peso. En un primer momento son ellas solas las que cuidan de su
cría, pero conforme crece el retoño recibe también las atenciones de otras
hembras del grupo. En el caso de los babuinos de sabana, son cuidados también
por uno o varios amigos de la madre, con los que incluso juegan de vez
en cuando. La madurez sexual llega hacia los 8 años.
Al llegar a la madurez sexual muchos babuinos abandonan su grupo y se unen a
otro, aunque muchos otros se quedan dentro del mismo igualmente.
Estatua del dios egipcio Babi en el Museo del Louvre
de París
Los babuinos y humanos llevan vidas separadas en la mayor parte de África.
No suelen ser perseguidos por el hombre, pero por su glotonería y ferocidad se
les prefiere mantener alejados de las poblaciones. En algunas grandes ciudades
de Kenia y Tanzania, algunos babuinos se han instalado en los vertederos de las
grandes ciudades, donde se alimentan de despojos. Suelen diferenciarse de los
babuinos silvestres porque adoptan un pelo grisáceo y un tamaño mayor que los
salvajes gracias a su alimentación más abundante durante la infancia.
Los babuinos, en concreto los hamadríades, tuvieron un papel más importante
en el Antiguo Egipto. Aquí se llegó a domesticarlos, enseñándoles a recolectar
frutos de lo alto de los árboles o incluso a cuidar rebaños de ovejas. La
palabra babuino, de hecho, es egipcia, y deriva del dios Babi, una de las
formas adoptadas por Thot, que en este caso tenía la apariencia de un babuino
tocado ocasionalmente con los cuernos y el disco solar típicos del panteón
religioso egipcio.
Los babuinos están representados en la actualidad por cuatro especies de
sabana más el hamadríade o babuino sagrado (Papio hamadryas). Las otras
especies son el babuino de Guinea (Papio papio), el papión oliva (Papio
anubis), el babuino amarillo (Papio cynocephalus) y el chacma de Sudáfrica
(Papio ursinus).
Wikipedia
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