Al hablar de la estructura de un ecosistema se habla a veces de la
estructura abstracta en la que las partes son las distintas clases de
componentes, es decir, el biotopo y la biocenosis, y los distintos tipos
ecológicos de organismos (productores, descomponedores, predadores, etc.). Pero
los ecosistemas tienen además una estructura física en la medida en que no son
nunca totalmente homogéneos, sino que presentan partes, donde las condiciones
son distintas y más o menos uniformes, o gradientes en alguna dirección.
El ambiente ecológico aparece estructurado por interfases o límites más o
menos definidos, llamados ecotonos, y por gradientes direccionales,
llamados ecoclinas, de factores físicoquímicos del medio. Un ejemplo es
el gradiente de humedad, temperatura e intensidad lumínica en el seno de un
bosque, o el gradiente en cuanto a luz, temperatura y concentraciones de gases
(por ejemplo O2) en un ecosistema léntico. Lo veremos más adelante
La estructura física del ecosistema puede desarrollarse en la dirección
vertical, en cuyo caso se habla de estratificación, o en la horizontal.
La distinción más importante tiene que ver con el sustrato físico en el que
se basa el ecosistema, distinguiéndose así ecosistemas subacuáticos (o
acuáticos) y subaéreos (terrestres).
Ecosistemas acuáticos:
Hay muchas formas de clasificar ecosistemas y el propio término se ha
utilizado en contextos distintos. Pueden describirse como ecosistemas zonas tan
reducidas como los charcos de marea de las rocas y tan extensas como un bosque
completo pero, en general, no es posible determinar con exactitud dónde termina
un ecosistema y empieza otro. La idea de ecosistemas claramente separables es,
por tanto, artificiosa.
Wikipedia
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