Cástor Jaureguibeitia Ibarra (20 de diciembre de 1876 - 4 de enero de 1928), torero español, mejor conocido como Cocherito de Bilbao.
Nace en Bilbao el 20 de diciembre de 1876, en el caserío señalado con el nº
21 de la calle del Cristo. Sus padres se dedicaban al cuidado de la huerta y al
negocio del txakolí.
A los 15 años muere su padre y Castor pasa a vivir en casa de un vecino del
barrio. A partir de ese instante, en plena adolescencia, fue cuando creyó
sentir una cierta inclinación por ser torero.
Hizo su aparición en la placita cuadrada de los Campos Eliseos, alternando con
Chiquito de Begoña, Jesús Bilbao, Lunares, El Aventurero, Cádiz, ...
Y se cuenta que en unión de Jesús Bilbao, Cocherito saltaba las tapias de
los Jardines durante la noche, soltaban los novillos y se hartaban de torear a
la luz de la luna.
El 20 de marzo de 1898 el presidente de la corrida celebrada en Vista Alegre
propuso que se multase a Castor Jaureguibeitia Ibarra, por saltar al ruedo y
poner banderillas a un toro, habiéndosele negado el permiso.
En mayo de 1900, en competencia con Paquiro y Facultades, un pintoresco
torero negro, obtuvo por aclamación el premio de un capote de paseo, que hasta
entonces había venido alquilando en casa Regino.
Cuando llegó a ser el as de la novillería, la crítica y los aficionados le
consideraban como el más capacitado para obtener la investidura de matador de
toros. Esto no le convenció hasta no convencerse de que había terminado el
bachillerato taurino con matrícula de honor y prefirió continuar enfrentándose
con reses de mayor respeto.
La exitosa campaña realizada por Cocherito en América durante el invierno de
1910-1911 fue seguida con interés por los aficionados bilbaínos a través de la
prensa mexicana.
Cocherito de Bilbao participó a lo largo de su carrera taurina (1897/1919),
en sus etapas de novillero y matador de toros, en 616 festejos taurinos, en los
que pasaportó un total de 1.668 astados.
De estas actuaciones 132 fueron novilladas (1897-1904), en las que estoqueó
304 utreros. Mientras que en el escalafón superior (1904-1919) alcanzó la cifra
de 483 tardes vestido de luces, en las que dio muerte a 1.162 astados, en
plazas de cinco países distintos: Francia, México, Perú y Portugal, en las que
toreó en 106 ocasiones. Además de 378 tardes en los ruedos españoles.
A pesar de que en Bilbao, y después de la alternativa, tardó dos temporadas
en formar parte de los carteles de la Semana Grande (1906), éste fue el ruedo
donde en mayor número de ocasiones lució sus actividades: 83 como matador de
toros y 28 como novillero. Seguido por la arena de la capital de España, 39
tardes en el escalafón superior.
Fue uno de los maestros de la torería en España y América. Un torero
completo, honrado, certero matador, ubicado en la transición taurina y que supo
adaptarse al toreo de las figuras de primeros de siglo y a los grandes
revolucionarios, Joselito y Belmonte, de los años 20.
El año 1919 Cocherito contaba con 43 años y había permanecido 15 temporadas
como matador de toros sin limitación en el encuentro con todos los diestros en
activo. Cuando Joselito y Belmonte se doctoraron, sus procedimientos tan
opuestos a los que hasta entonces se entendían por torear, hicieron pensar al
torero bilbaíno que había llegado el momento de dejar paso a otras figuras más
jóvenes, y optó por alejarse de los ruedos.
Cocherito redujo su despedida a dos manifestaciones públicas: una en la
plaza de Madrid y la otra en la de Bilbao. Los socios del Club decidieron,
naturalmente, concurrir a las dos.
Y para estar presentes en la plaza madrileña el club organizó un tren
especial que condujo a la villa y corte a varios centenares de aficionados
bilbaínos.
El cartel de la corrida combinó seis toros de la ganadería de Salas para
Cocherito, Joselito y Belmonte. No había nada mejor en la tauromaquia. Los
aires de la fiesta abarrotaron de público la plaza y Cocherito alcanzó un
triunfo redondo en el último toro que lidió ante el público madrileño.
Joselito y Belmonte abrazaron al veterano lidiador que había escrito en la
arena del circo madrileño un curso del toreo bizarro, auténticamente
concienzudo. Cocherito dio varias vueltas al ruedo con la aprobación unánime y
entusiasta del público. Un revistero de la época señaló que “había recogido
tantos cigarros como para poner un estanco”.
Luego vino a Bilbao para despedirse definitivamente del toreo y de sus
paisanos.
Incluso el rey D. Alfonso XIII y su séquito, que hacían estancia en Las
Arenas, acudieron a Vista Alegre para ser unos más en la despedida de
Cocherito.
Con Cocherito actuaron Chiquito de Begoña, Torquito y Fortuna en la lidia de
ocho toros de Pérez Tabernero.
Toreó de capa con su estilo personalísimo, clavó sus pares de frente,
magníficamente, acabo su faena de muleta tranquilo, sereno, valiente y artista.
Una vez dominada la res le recetó un soberbio volapié. Comenzaron a caer al
ruedo los primeros sombreros, Cocherito recogió uno pajizo lo colgó en unos de
los pitones del toro, lo guió poco a poco hasta la barrera, se sentó al estribo
y la que fue brava fiera cayó a sus pies. Miles de pañuelos blancos revolotearon
airosos como palomas.
Cocherito se dirigió a la barrera, tomó de su mozo de estoques unas tijeras
y en el centro del ruedo, se arrancó la moña y de un tijeretazo se cortó la
coleta.
Desde su retirada Castor Jaureguibeitia Ibarra fue un terrateniente, un
pescador y un fotógrafo allá en San Fernando del Jarama hasta que falleció en
Guadarrama (Madrid) el día 4 de enero de 1928.
Wikipedia
http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Cocherito_de_Bilbao&action=history
http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html