Joselito (a la izquierda con montera) posa junto a Belmonte
Hijo de Fernando Gómez "El Gallo", capitán de cuadrillas de gran
renombre y que realizó campañas de mucho éxito en México, fue considerado en su
época un niño prodigio de la tauromaquia. A corta edad mostró una intuición
poco normal, especialmente para su edad. Sorprendía en su época por su actitud,
muy diferente a la de un infante y atribuible a la de un adulto. Se ha dicho
que a los ocho años toreó en el campo una becerrilla. Le revolcó al grado que
ya no la quiso lidiar. Al crecer estuvo en la escuela, al aire libre, de La
Alameda de Hércules, donde toda la chiquillería del barrio jugaba al toro y
Joselito los aventajaba por mucho. Antes de cumplir 13 años mató un eral y
impidiéndosele matar otro que se consideraba ya muy desarrollado para la edad
del niño. Se cuenta que lloró de rabia porque se sentía seguro de poder cumplir
con este segundo astado.
Debutó el 13 de junio de 1908 con menos de 13 años de edad, en Jerez de la
Frontera, matando erales de Cayetano de la Riva, junto con José Puerta y José
Gárate. De inmediato impactó por su estilo, capacidad de manejo de las
dificultades de la lidia y su capacidad de entender las virtudes o limitaciones
de los toros que le correspondiesen.
Corte de torero largo en su trazo, se le consideraba muy capaz con el capote
y facultad esta última que continuó mejorando a lo largo de su carrera.
Advierte la enciclopedia de José María de Cossío: "Banderillero de
facultades prodigiosas, con una muleta que imponía condiciones a los ejemplares
y un matador fácil por su efectividad. Torero completo de los pies a la
cabeza".
Su trayectoria novilleril fue dinámica y meteórica. Su mejor año en 1912,
cuando debutó en Madrid, el 13 de junio, en la plaza de la carretera de Aragón.
Era una corrida de toros y dejó pasmados a todos por su competencia lidiadora.
Ese mismo año lo hizo en Sevilla, días después, el 23 de junio. En los dos
importantes escenarios alcanzó alturas insospechadas, causando sensación.
Toma la alternativa con 17 años el 28 de septiembre de 1912 de manos de su
hermano Rafael Gómez "El Gallo", a quien también llamasen el Divino
Calvo. El toro del doctorado se llamó Caballero y pertenecía al hierro de Moreno
Santamaría.
El título lo confirmó en Madrid, ese mismo año, el 1 de octubre, unos días
después. También su hermano le cedió los trastos al joven Joselito para que
matase al burel bautizado como Ciervo de la ganadería del Duque de Veragua, un
ejemplar de la rara pinta, jabonero claro, bien armado y con cara rizada.
Ya de matador de toros empiezan a surgir las competencias en principio, con Bombita,
Machaquito, Vicente Pastor, en cierta forma con su hermano Rafael "El
Gallo" y posteriormente con el Califa Leonés (de León de los Aldamas,
México), Rodolfo Gaona y, desde luego, con su paisano El Pasmo de Triana
Juan Belmonte García.
Se formó una trilogía que acaparó la atención popular. Tres reconocidos
artistas con disímiles estilos, cuya rivalidad dio margen a una controversia
impregnada de pasión.
Hubo temporadas como las de 1914 a 1917, en que la fiesta brilló
intensamente y floreció entonces lo que los aficionados taurinos han llamado la
época de oro del toreo. Se convirtieron en esta época Sevilla y Madrid en los
escenarios determinantes de las contiendas de Joselito y Belmonte por la
atracción que las mismas generasen.
A manera de anécdota se cuenta el pasaje de la despedida de Bombita en
Madrid, quien estuvo muy bien, y después de matar a su segundo toro esa tarde
se acercó a Joselito para decirle: "Yo ya he terminado mi vida de torero. No me ofrezcas banderillas en el
último toro". Joselito hizo caso omiso a la advertencia y en el sexto le
ofreció los garapullos no quedándole otra opción al diestro que aceptar el
reto, colocando de mala manera las banderillas, lo opuesto a Joselito quien, se
dice, colocase un muy buen par.
En su fecunda trayectoria
Joselito inmortalizó una serie de toros que se recuerdan todavía como lecciones
de buen torear, como al toro Almendrito de Santa Coloma en Sevilla, mismo
escenario en la que inmortalizó al burel Napoleón. Así también el 30 de
septiembre de 1915, en una de las muchas encerronas que protagonizó, por vez
primera en la Real Maestranza se concedieron orejas a un torero, tras la
inigualable faena a Cantinero de Santa Coloma. Sentó un precedente que se sigue
mencionando hasta la fecha.
Bajó un poco su actividad en 1918 debido, principalmente, a una cornada que
le infiriese un toro en Zaragoza; enfermando por esta causa en San Sebastián y
tardando en sanar.
Precisamente, la temporada de 1920 la inició en la Real Maestranza el 4 de
abril. Después fue a Madrid, en una de las pocas tardes en que no tuvo suerte.
Como ocurre en otras profesiones, a los toreros, cuando alcanzan la cúspide,
suelen verse circunstancialmente bajo la crítica de detractores, lo que ha
ocurrido en muchas oportunidades a otros matadores y a lo que no escapase Joselito
a pesar de su reconocida calidad.
La tarde del 16 de mayo de 1920, no figuraba Joselito en la programación de Talavera
de la Reina. El cartel original lo integraban Rafael Gómez "El
Gallo", Ignacio Sánchez Mejías y Larita. Joselito, quién venía de una
tarde poco afortunada en Madrid, se esforzó en esta corrida en Talavera donde
había manifestado que le ilusionaba actuar, la empresa taurina era de unos
amigos, y fue incluido para el festejo. El cual finalmente resultó en tragedia.
El toro Bailaor que le correspondiese en lidia, sólo veía de lejos razón por
la cual para poder hacerle faena hubo el diestro de llamarlo a la misma por el
sonido de su voz. Desafortunadamente Joselito se ubicó en un momento dado a la
distancia justa donde el animal podía verle y lo embistió y arrolló, causándole
una cornada que le produjo la muerte.
En el medio taurino reinó en ese momento el desconcierto al conocerse la
noticia de que un toro había matado a José Gómez Ortega Joselito,
considerado un portento de lidiador, todo un monstruo sagrado y un genio de la
fiesta cuya grandeza queda nítidamente asentada en el pésame que enviase el
cordobés Rafael Guerra "Guerrita" a su hermano Rafael Gómez "El
Gallo"; "Impresionadísimo y con verdadero sentimiento te envío mi más
sentido pésame. ¡Se acabaron los
toros!".
Nuestra Señora de la Esperanza Macarena vistió de luto por su muerte, por
primera y única vez.
Se encuentra enterrado en el cementerio de San Fernando, en Sevilla, donde
tiene un mausoleo realizado por el escultor valenciano Mariano Benlliure.
Wikipedia
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