Gato
Estado de conservación: No amenazado |
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Clasificación científica |
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Nombre trinomial |
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Felis
silvestris catus |
El gato, también llamado gato doméstico o gato hogareño,
es un pequeño mamífero carnívoro de la subespecie Felis silvestris catus.
Se cree que el gato salvaje africano (Felis silvestris lybica) es su
ancestro más inmediato. El gato vive en convivencia cercana con los humanos
desde hace 3500 a 8000 años.[1]
Hay docenas de razas, algunas sin pelo o sin cola como resultado de
mutaciones genéticas, y existen en una amplia variedad de colores. Son expertos
depredadores y pueden cazar más de cien especies diferentes de animales para
alimentarse. También son animales muy inteligentes, algunos poseen la capacidad
de ser entrenados para manipular mecanismos simples.
Se comunican con maullidos, ronroneos, silbidos, gruñidos y alrededor de un
centenar de diferentes vocalizaciones[2], además de
utilizar un lenguaje corporal característico. Los que conviven en colonias
utilizan una combinación de vocalizaciones y señales corporales para
comunicarse entre ellos.
Es considerado por muchos un animal de compañía, siendo una de las mascotas
más populares en todo el mundo. Debido a que su domesticación es relativamente
reciente, pueden vivir en ambientes silvestres formando pequeñas colonias. La
asociación del gato con los humanos lo condujo a figurar prominentemente en la mitología
y en leyendas de diferentes culturas, incluyendo a las civilizaciones egipcia, china
y escandinava.
Es un animal instintivamente cazador. Los gatos de granja viven de forma
semisalvaje y cazan ratones y ratas que de otra forma comerían importantes
cantidades de grano. Los domésticos capturan insectos, ratones y pequeños pájaros
instintivamente, aunque generalmente no los consumen, considerándolos como
trofeos de caza.
El gato doméstico fue denominado Felis catus por Carolus Linnaeus en
su obra Systema Naturae, de 1798. Johann Christian Daniel von Schreber
llamó Felis silvestris al gato salvaje en 1775. Es considerado,
actualmente, una de las subespecies del gato salvaje: por las estrictas reglas
de prioridad del Código Internacional de Nomenclatura Zoológica, el nombre de
las especies debería ser F. catus desde la primera publicación de
Linnaeus. Sin embargo, en la práctica, la mayoría de los biólogos utilizan F.
silvestris para las especies salvajes y F. catus sólo para las
formas domesticadas.
En la opinión Nro. 2027, publicada en el Volumen 60 (Parte I) del Bulletin
of Zoological Nomenclature (31 de marzo de 2003)[3],
la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica confirmó la utilización de F.
silvestris para denominar al gato salvaje y F. silvestris catus para
las subespecies domesticadas. F. catus sigue siendo válido si la forma
domesticada es considerada una especie separada.
Johann Christian Polycarp Erxleben llamó Felis domesticus al gato
doméstico en su obra Anfangsgründe der Naturlehre and Systema regni animalis,
de 1777. Este nombre y sus variantes Felis catus domesticus y Felis
silvestris domesticus son vistos a menudo, pero no son nombres científicos
válidos bajo las reglas del Código Internacional de Nomenclatura Zoológica.Yo
tengo dos gatos: kiara y abril
Gatos abisinios de pelo corto
Existen varias formas para denominar a un grupo de animales, como jauría
de perros, piara de cerdos o cardumen de peces. Sin embargo, no
existe una forma específica para denominar a un grupo de gatos en la
nomenclatura zoológica del idioma español. Por defecto, se utiliza la palabra colonia
de gatos[4].
Un fenómeno similar se presenta con la denominación de su cría,
específicamente en el período de inmadurez. En general, a la cría se la
denomina cachorro de gato[5].
Aquel cuyos ancestros se encuentran registrados formalmente es calificado
como pedigrí. En términos estrictos, un purasangre
es aquel que posee ancestros de la misma raza, mientras que en el caso de un pedigrí
es esencial la existencia de un registro genealógico de sus ancestros, que
pueden ser de distintas razas.
A grandes rasgos, existen dos tipos de gatos domésticos: los de pelo largo
y los de pelo corto, ambos comúnmente denominados mestizos. De
todas maneras, los purasangre componen menos del 10% de la población de
gatos domésticos en el mundo[6].
Fue domesticado por los egipcios alrededor del año 4000 AEC para mantener a
las ratas y ratones fuera de sus graneros. Para los egipcios, eran animales
sagrados y, como tales, el castigo por matar a uno de éstos era la muerte. La
diosa Bastet era representada con cabeza de gato. Cuando uno moría, a veces se
le momificaba. Recientemente se ha descubierto evidencia de la domesticación
del F. silvestris en la isla de Chipre hace 9500 años.
Sin embargo, durante la Edad Media, se pensaba que eran familiares de las brujas
o parientes de Satanás. A veces se los quemaba vivos o se los tiraba desde la
cumbre de edificios altos durante las festividades. En el mundo occidental es
común la creencia de asociar al gato negro con la mala suerte (aunque hay
excepciones, por ejemplo, en el Reino Unido). Para las personas supersticiosas,
que se cruce un gato negro en forma súbita, es augurio de infortunios.
Pero en los tiempos actuales la Iglesia Católica ha declarado también como
santos patrones de los gatos a San Antonio de Abad, San Francisco de Asís y San
Martín de Porres incluyendo a este felino con los demás animales domésticos,
similar a los antiguos egipcios sin importar la raza y el color.
Es uno de los doce animales del ciclo de 12 años del zodíaco vietnamita,
relacionado con el calendario chino (en este último, el signo zodiacal es el conejo
o también gato).
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