León del Atlas
Estado de conservación: Extinto en estado salvaje |
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León del Atlas, según un grabado de 1898 |
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Clasificación científica |
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Nombre trinomial |
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Panthera leo leo |
El león del Atlas o de Bereber es una subespecie de león
originaria del norte de África que hoy se encuentra extinta en libertad. Se
desconoce el número exacto de leones del Atlas que se encuentran en cautividad,
incógnita que aumenta cuando se tiene en cuenta que muchos de los ejemplares recluidos
en zoológicos y circos no son individuos puros, sino cruces con otras
subespecies de leones desde hace varias generaciones.
El león del Atlas es el tercero más grande de la historia, justo por detrás
del león de las cavernas y el león americano que vivieron durante el Pleistoceno
en Eurasia y Norteamérica. Los machos tienen un peso de 227 a 272 Kg, con una
longitud de hasta 3.24 m y una altura a la cruz de hasta 1.23 m, mientras que
las hembras rondan los 160 kg y miden hasta 2.72 m. Este tamaño sólo es
superado en la actualidad por otro felino, el tigre siberiano (Panthera
tigris altaica).
Los machos se caracterizan por su larga y espesa melena negra, que se
prolonga por el pecho y los costados de forma similar a su más próximo
pariente, el león asiático. El oscuro color de ésta contrasta fuertemente con
el pelaje de color arena claro, muy corto, que recubre el resto de su cuerpo.
La melena de alrededor de la cara no es oscura, sino rojiza. Además de la
distribución de la melena, los leones del Atlas y los asiáticos son los únicos
que presentan ciertas estructuras características del cráneo, otra evidencia en
favor de su estrecho parentesco.
Al contrario que otros leones, el del Atlas es (o era) un depredador de
bosque, habituado a cazar en los espesos pinares de las montañas del Atlas. El
título de "rey de la selva" (del latín silva, que nombraba
originalmente a cualquier bosque cerrado) que popularmente se da al león
procede seguramente de este hecho. No obstante, el león del Atlas también se
adentraba en zonas más llanas y peladas, llegando por el oeste hasta el moderno
Sahara Occidental y por el este estando igualmente presente en los llanos Libia,
Egipto y Sudán como en la montañosa Etiopía. Muchos de los lugares donde un día
habitaron los leones del Atlas son hoy desérticos, aunque hace miles de años
estaban recubiertos en su mayor parte por estepas y sabanas.
El león del Atlas es semejante al resto de leones en su comportamiento,
aunque el distinto hábitat y su mayor tamaño le hacían un eficaz cazador en
solitario o en pequeños grupos, por lo que cuando vivía en libertad era menos
sociable que otras subespecies de leones. Entre sus presas típicas estaban el ciervo
común, el gamo persa, el asno salvaje del Norte de África, el arruí, el jabalí
y diferentes antílopes. Para hacerse con estos animales los leones bereberes
competían con osos y leopardos, también extintos hoy en día en el África
septentrional.
Hacia el final de sus días en libertad, la falta de presas impulsó a los
leones del Atlas a depredar sobre animales domésticos, principalmente burros, cabras
y dromedarios, lo que aumentó su persecución.
El área de distribución
original del león del Atlas abarcaba el Magreb, toda el área ocupada
actualmente por el Sahara, Egipto, noreste de Sudán, Eritrea y norte de Etiopía.
A partir del cuarto o tercer milenio antes de Cristo, el Sahara, hasta
entonces ocupado por una sabana similar a la del este de África, comenzó a
desecarse y convertirse en el desierto que es actualmente. Con la desaparición
de las plantas lo hicieron también los grandes herbívoros, y con ellos los
leones bereberes. Éstos quedaron entonces divididos en tres zonas distintas,
separadas entre sí por miles de kilómetros de desierto: la cordillera del Atlas
y Tripolitania, el macizo del Tassili n'Ajjer (en pleno centro del Sahara) y el
noreste de África, siguiendo el valle del Nilo hasta las montañas de Etiopía.
La primera zona de la que el león del Atlas desapareció por causas humanas, y
no exclusivamente climáticas, fue el delta del Nilo, antes ya del 3000 adC.
Esta extinción no se debió realmente a la caza el león, (de hecho, era un
animal sagrado bajo la figura de la diosa Sekhmet), sino fundamentalmente al
impacto sobre el medio que causaron los primitivos egipcios, deforestando
bosques, roturando tierras y construyendo presas y ciudades. A medida que la
civilización se extendía río arriba, los leones iban retrocediendo.
Otros pueblos del norte de África también reverenciaron al león del Atlas
por su fortaleza y ferocidad, entre ellos los etíopes, cuyos reyes (el último
de los cuales, Haile Selassie, fue derrocado en 1974) tenían el título de Leones
de Etiopía. Pero ningún pueblo dio tanta importancia a este animal como los
romanos, que los importaron durante siglos para que participasen en sangrientos
combates circenses contra otras fieras, o devorasen gladiadores, prisioneros y
condenados cristianos. La posesión de leones llegó a convertirse en un símbolo
de poder, hasta el punto de que Julio César llegó a tener un cortejo de 600
leones del Atlas, y Pompeyo, uno de 400. Las capturas de los romanos hicieron
mella en las poblaciones del Atlas, pero no tuvieron consecuencias tan
dramáticas para los leones como la introducción de las armas de fuego en el
Norte de África. El león se extinguió hacia 1700 en Libia, y a mediados del siglo
XIX lo hizo del este de África y el Tassili. En 1891 desaparecieron de Túnez y
en 1893 de Argelia. Reducido ya a escasas áreas de Marruecos, se comenzó a
recluir algunos ejemplares en jardínes zoológicos para evitar una extinción que
ya se presentía inminente. En 1922, la casa real marroquí recluyó una manada en
el Zoológico Real de Temara, cuyos descendientes fueron cedidos en 1975 al
Zoológico de Rabat. El último león del Atlas que vivía en libertad fue
probablemente un macho tiroteado 53 años antes, aunque ha habido avistamientos
sin confirmar hasta la década de 1940.
Además del de Rabat, muchos otros zoológicos de diversas ciudades (Tampa, Madrid
y Addis Abeba entre ellas), así como el Parque Nacional Kruger de Sudáfrica y
varios circos a lo largo y ancho del mundo afirman tener leones del Atlas más
o menos puros entre sus animales. La primera propuesta de reintroducción de
los leones en un nuevo parque nacional ubicado en el Atlas marroquí apareció ya
en 1978, pero finalmente no se llevó a cabo.
Recientemente, la empresa WildLink International, en colaboración con la Universidad
de Oxford, ha puesto en marcha un ambicioso plan para recuperar el león del
Atlas "auténtico" y volver a introducirlo en alguna zona protegida de
su hábitat natural. Dicho plan consiste en el estudio concienzudo del ADN de
diversos ejemplares disecados en museos europeos, con el fin de establecer un
patrón genético propio del león del Atlas y poder así determinar el grado de
mestizaje que afecta a los individuos en cautividad. Una vez conseguido esto,
los individuos más afines a la subespecie original serían sometidos a una cría
selectiva, con el fin de obtener leones puros que serían los que
volviesen al Norte de África.
Aunque se ignora por qué, WildLink International se ha retirado a última
hora del proyecto, cuando ya se habían conseguido muestras en los museos de París,
Bruselas y Turín. La universidad tiene capacidad suficiente para realizar los
pasos siguientes, pero como la empresa era la que ponía la mayor parte del
dinero, el proyecto original ha quedado estancado por el momento. Sin embargo,
el doctor Noboyuki Yamaguchi y otros científicos de Oxford ha decidido seguir
con el plan por cuenta propia y están buscando la financiación necesaria. Otro
proyecto similar, aunque más retrasado en su desarrollo, está siendo llevado a
cabo por científicos de la Universidad de Michigan dirigidos por Dan York.
Wikipedia
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