La Oveja Merina es,
probablemente, la raza ovina más extendida por el mundo. Su origen es incierto:
una historia tradicional hace proceder su nombre de los benimerines (banu
marin) de Marruecos que invadieron la provincia de Cádiz en el siglo XIV
hasta su derrota por Alfonso XI en la Batalla del Salado.
Según esta idea, la oveja merina se habría originado en el norte de África y pasado a la Península Ibérica, donde fue adoptada con rapidez por el poderoso Concejo de la Mesta, llegando a ostentar su monopolio durante algunos siglos, en detrimento de la hasta entonces omnipresente oveja manchega. No obstante, es más probable que la raza se originara en lo que ahora es el sur de España en esa época o quizá un siglo antes, aunque también se ha señalado su primer origen en el Cartago e incluso en Oriente Próximo.
Dos ovejas merinas pastando delante de un rebaño de cabras.
En el siglo XVIII se introdujo por primera vez en Francia. Con el tiempo su
cría se extendió por Europa y América, y en el siglo XIX Gran Bretaña la
exportó en gran número a sus colonias de ultramar.
En la actualidad la mayor parte de las cabezas se concentran en Estados
Unidos, Argentina, Sudáfrica, Nueva Zelanda y, sobre todo, Australia, donde
superan a los humanos a razón de casi un centenar a uno.
Carnero
merino con cuernos.
Se trata de una raza compacta, de cuello y patas cortas, impresión que se ve
reforzada debido a su lana larga, fina y rizada. Ésta es de mejor calidad en
los animales que se crían en ambientes soleados y ligeramente arenosos. El
color del manto es blanquecino, sin manchas, y sólo en casos muy raros los
machos presentan unos cuernos en espiral.
Las ovejas merinas han dado lugar a algunas variedades, entre las que cabe destacar la Rambouillet, la Negretti, la merina americana, la Vermont, la Delaine y la merina australiana.
Wikipedia
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